El Mejor Intento para el Consumo Responsable

No es de sorprender que muchos factores contribuyan a si una persona abusa del alcohol o es capaz de usarlo de manera responsablemente. La primera influencia, por supuesto, juega un papel muy importante, y los patrones con frecuencia se establecen en el momento en que el joven llega a la mayoría de edad para tomar. El ejemplo de las súper estrellas, los medios de comunicación, los padres y la presión de grupo han sido citados como factores influyentes. Para determinar cuál de todos tiene la mayor influencia, según un estudio británico examinó dos aspectos de la bebida entre adolescentes:

Las relaciones que tienen los jóvenes con el alcohol, incluyendo las circunstancias que los rodean por primera vez al tomar alcohol, sus patrones de consumo actuales, incluyendo los niveles de consumo, y sus experiencias de ebriedad. 

Las influencias de consumo en los jóvenes—identificar las áreas e indicadores que tienen las relaciones más fuertes con su comportamiento. 

Los hallazgos, publicados en junio de 2011 por la Fundación Joseph Rowntree, muestran cómo estos factores influyentes trabajan juntos como factores predictivos de hábitos de los adolescentes que beben. El estudio incluyó encuestas detalladas de 5.700 adolescentes en dos grandes grupos de edad en el Reino Unido. Los grupos fueron del año de tercero de secundaria (por lo general entre 13 y 14) y de segundo de preparatoria (típicamente de 15 a 16). Las bebidas consumidas con más frecuencia fueron la cerveza, cerveza light, licores y «refrescos alcohólicos» (bebidas alcohólicas con sabor). 

Los resultados mostraron que hubo un cambio importante en los patrones de consumo entre los del año de tercero de secundaria y los de segundo de preparatoria. El grupo más joven reportó que uno de cada cinco de los que habían consumido alcohol alguna ocasión se había emborrachado varias veces. En contraste, cerca de la mitad en el grupo de mayor edad admitió haber bebido varias veces, y el 79 por ciento se había emborrachado al menos una vez. El periodo en que el consumo aumentó, sugiere que la influencia familiar es especialmente importante antes de que los niños alcancen la adolescencia, así el aumento en el consumo se correlaciona con el adolescente cuando típicamente comienzan a pasar más tiempo con los amigos y menos tiempo con la familia. 

Según las conclusiones de que un adolescente tome en exceso, se duplica si él o ella se pasa dos tardes o mas por semana con los amigos. Las posibilidades aumentan cuatro veces cuando el adolescente pasa todas las tardes con los amigos. 

El autor principal del informe, Pamela Bremner del Ipsos MORI, explicó en un comunicado de prensa, «Por primera vez en el Reino Unido, el estudio clasifica lo que más influye el comportamiento de los jóvenes al beber. Se encontró que el comportamiento de los amigos y la familia es un factor influyente muy fuerte en determinar en el joven su relación con el alcohol». 

Puede parecer sorprendente que la influencia de las celebridades y los medios de comunicación parecen jugar un papel relativamente pequeño. Sin embargo, los resultados muestran que la supervisión de los padres juega un papel muy importante. El estudio examina la correlación entre la bebida excesiva y la clase de películas que se les permite ver a los jóvenes, con aquellos que se les permitió ver películas clasificadas de inapropiadas para audiencias jóvenes teniendo una mayor posibilidad de tomar en exceso. Semejante indulgencia puede ser un indicador de la participación de los padres (o la falta de) en la vida de sus hijos, y dicha participación podría reflejarse en los patrones de consumo de los adolecentes. 

Aunque debería ser obvio que los jóvenes están muy influidos por lo que hacen sus padres, estudios como este refuerzan esta verdad. Los adolescentes que crecen en una familia donde el padre bebe con frecuencia (más de tres veces por semana) son también más propensos a beber más a menudo que los que crecen con los no bebedores o poco frecuentes. Por supuesto, esto es un resultado probable de los niños que ven el ejemplo de los padres, pero también puede reflejar una falta de supervisión por parte de un padre que está bajo la influencia del alcohol. Por otro lado, aquellos que tuvieron su primera copa como parte de una celebración familiar o de una ocasión especial, fueron significativamente menos propensos a haber tenido una copa en la semana anterior que aquellos cuya primera bebida no estaba relacionada con la celebración de un evento. 

La influencia del ejemplo de los padres parece permitir la flexibilidad de errores poco comunes, aunque su consumo excesivo regular no pasa desapercibido. La diferencia entre los jóvenes que nunca han visto a los padres borrachos y que los han visto bebidos una o dos veces es poco significativa, sin embargo, «la propensión de un joven a emborracharse más de una ocasión aumentó entre aquellos al haber visto a sus padres bebiendo un par de veces [más de una vez o dos veces] (cociente de probabilidades = 2,03 frente a nunca) y muchas veces. . . . Esto indica que el ver a sus padres borrachos un par de veces es el umbral clave para influir en el comportamiento de un joven cuando de emborracharse se trata». 

Los padres no son los únicos familiares que importaron en los resultados. «Como ocurre con la frecuencia de ver a sus padres borrachos, parece que hay más probabilidades que los jóvenes se hayan embriaguen en más de una ocasión si han visto a un hermano mayor borracho por lo menos unas cuantas veces en comparación con una o dos veces. Una vez más, “algunas veces” proporcionan el umbral, no hay ninguna diferencia entre haber visto a los hermanos mayores ebrios un par de veces o muchas veces». 

Otros miembros de la familia, cuidadores y amigos de la familia deben ser conscientes de su ejemplo también. 

«Conocer personalmente a personas que toman, que toman frecuentemente y que se embriagan, son indicadores claves del comportamiento del joven con el alcohol. Sus amigos juegan un papel crítico, sin embargo, la familia del joven actúa como una influencia directa e indirecta. Los padres, y en menor grado, los hermanos mayores, tienen en particular una influencia muy fuerte en el joven. Estas influencias van del punto en que el alcohol se introduce, hasta la exposición de bebidas para adultos y embriaguez, a la cantidad de supervisión que se pone sobre el joven. Esto también incluye la facilidad de acceso al alcohol, el cual es otro fuerte indicador, y que, en muchos casos, es obtenido a través de la familia». 

El informe concluye con una discusión sobre la responsabilidad de los padres y la importancia del balance. Los padres tienen la mejor oportunidad en dar a sus hijos actitudes sanas hacia la bebida por medio de sus ejemplos y acciones como padres. 

«También puede argumentarse que los resultados se dirigen hacia los puntos críticos en la relación del joven con el alcohol. . . La introducción parental del alcohol al niño demasiado temprano puede tener un resultado negativo (mayores posibilidades de que serán bebedores) con todo y eso, existen peligros con los padres que no lo introducen al alcohol y dejan al niño que lo explore en entornos más peligrosos. El no introducir a un niño al alcohol también puede conllevar a resultados negativos (más propenso a que tome fuera de la casa). 

«Los índices de predicción identificados estructuran colectivamente los patrones de comportamiento del joven en torno a la bebida. Los resultados sugieren que es la experiencia personal directa la que tiene la mayor influencia en el comportamiento. Como se señaló anteriormente, los amigos juegan un papel fundamental, sin embargo, la familia del joven actúa como influencia directa e indirecta. Los padres tienen particularmente una influencia muy fuerte desde el punto en cuando se introduce el alcohol al joven, su exposición a la bebida para adultos y embriaguez, a la cantidad de supervisión que se le deposita. La misma relación de los padres con el alcohol, o ciertamente la percepción del niño sobre el comportamiento de sus padres con el alcohol, se encuentra inextricablemente ligada al comportamiento posterior con el alcohol».